viernes, 30 de abril de 2010

XII

Da tu corazón. Enamórate. Desgarra tu corazón y alma. Cada vez que la mires enamórate nuevamente. No dejes de amar, de llorar, de doler, de cuestionar... ¡Mátate por amor!

jueves, 29 de abril de 2010

A Ximena Paulina Solorio García.

A la misma creación divina,
al amor más puro,
a la razón por existir,
a mi relación más humana, más amorosa, más poderosa.
A ti;
sangre de mi sangre,
lágrimas de mis lágrimas,
piel de mi piel,
corazón de mi corazón.
Nuestra madre siempre nos dice;
"Son ustedes, son lo mismo, son sus ojos, son su sangre, son su piel, ¡Ámense!"
¡Cuanta razón tiene!
Eres yo y yo soy tu.
Eres la felicidad en este mundo,
eres la eterna luz de esperanza,
eres la razón por la que mi mundo sigue girando (y cada vez con más fuerza),
eres como una cascada.
Eres el amor en un mundo lleno de desamor,
eres como una cascada, eres como el agua de esa cascada,
eres como un diamente cayendo entre el agua de esa cascada... siempre brillando, brillando eternamente.
Recuerda que tu eres lo que quieres ser,
recuerda las tardes de helado en Luna,
recuerda los cánticos nocturnos en mi cuarto, gritando canciones por demás conocidas por ti y por mi.
Recuerda que no estas sola (tu siempre me recuerdas eso; no estoy solo, te tengo a ti).
Recuerda las salidas al centro, las risas imparables.
Recueda los besos que te doy,
recuerda las mañanas en las que te pasas a mi cama para dormir un momento juntos, como si el mundo no existiera,
recuerda nuestras miradas; cómplices de las mismas travesuras.
Recuerda los chistes con los que reiamos tanto.
Recuerda que eres mi hermana y te conosco.
Recuerda las noches en las que te leía poesía.
Recuerda que cada lágrima de tristeza limpia el alma,
recuerda que llorar es bueno,
recuerda que las cosas pasan por algo,
recuerda que no hay mal que por bien no venga,
recuerda...
Pequeña se que tu no lo sabes, pero lo sientes,
pequeña (mi pequeña) yo se que no entiendes, pero lo gozas.
¡Vive hermana mía!
¡Vive!
Y que no te despojen de tu felicidad, tan característica tuya.
Y que nunca te borren esa sonrisa que llena mi corazón (yo se que no lo sabes aún pequeña mia).
Cree en que la vida cambia a cada momento,
no te desiluciones por cosas que no valen la pena (recuerda que tu cara de ángel siempre se ve mejor con una sonrisa dibujada),
no te dejes caer por las acciones de los demás,
nunca pierdas esa mirada que sana mi alma.
¡Nunca!
¡Aprende de mis errores, se mujer!
Llora con la luna.
Si muero hoy, moriré feliz, feliz de saberte feliz,
feliz de saberte fuerte, feliz de reconocerte... mi hermana,
Si hoy muero quiero que sepas que te amo, que te quiero, que te estaré eternamente agradecido por lo que haz hecho con mi alma y mi corazón... ¡Los haz sanado!
Sino muero hoy, tendré la oportunidad de serte útil un día más,
sino muero hoy, te sonreiré una vez más,
sino muero hoy viviré feliz.
Y que quede claro; (hermana mía),
nada en este mundo nos separará.
¡Nunca!
Que quede claro hermana mía; eres mi luna y mi sol, mi estrella y mi mar, mi barco y mi avión, mi flor y mi pétalo, mi sonrisa y mi boca, eres mi todo y mi felicidad.
Y que quede claro; soy tu hermano y tu eres mi hermana, soy tu piel y tu eres mi piel
soy tu sonrisa y eres mi sonrisa,
soy tu y tu eres yo.
(Gracias Ximena, gracias por existir, y por hacerme tan feliz, gracias por ser mi hermana, gracias por alegrarme con sólo una mirada)

miércoles, 28 de abril de 2010

¡Gracias totales!

¡Gracias totales a mi!
¡Gracias totales a ti!
Gracias.
A partir de esta línea cambio, mejoro, hago una metamorfosis. Dejaré de ser lo que no me gusta de mí, el joe dejado, el joe tonto, el joe suicida, el joe patético. Para abrir el paso al nuevo Raúl...
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Carta de un desesperado.

"You shut your mouth. How can you say I go about things the wrong way? I am a human and I need to be loved, just like everybody else does..."
How soon is now - The Smiths.

No sería estúpido pensar que no pertenezco a esto, ni sería tonto pensar que no soy de aqui, ni pensar que no soy de este lugar, ni tuyo, ni de Dios, ni siquiera soy mio. En realidad sería lo más racional. Pensar a cada momento que la vida y la sobrevivencia se trata de humillación, temor, miedo, ignorancia, temblores, desamores, tormentas. La vida se trata de eso, se trata de tomar las mejores decisiones, en el momento preciso, cada momento es precioso. No. No todo es precioso, me atrevo a decir que nada es precioso. Ni siquiera en mis momentos de felicidad completa puedo dejar de pensar lo inservible que es la vida. Este pesimismo me está acabando. Esta realidad me está matando. ¿Donde estas para acabar con esta Soledad? ¿En donde estas para sacudirme todo este pesismo? Soy patético. Vine solo a este mundo, me iré solo de este mundo. Estoy solo en este mundo.
¿Cuando acabará esto? Ya espere lo suficiente, y no hay esperanza para mi ni para nadie. La esperanza es un invento hecho por algun estúpido en tiempos de locura, cuando todo parecía malo, aterrador y pensó "¡Ah! pero todo estará bien al final"... al final, y ¿Cuando llegará ese final? Si los finales son felices, ya quiero que sea mi final.
Me burlo, me rio de los que creen que soy un triste, de ustedes que son ciegos a las atrocidades, y no me vengan con tonterias de que "hay que ver lo bueno de la vida" porque cada que veo lo bueno de la "vida", ella la misma "vida", se precipita a mi con miles de razones por las cuales no vale la pena seguir respirando, seguir comiendo, seguir estudiando, seguir llorando, seguir abrazando, seguir aferrandote a ella, seguir durmiendo, dejar de fumar, dejar de tomar, dejar de drogarte, seguir buscando una salida racional, manteniendote aún de pie, seguir amando...
Toda mi esperanza se fue (insisto, me burlo de ti que crees que soy triste).
Hoy 28 de Abril de 2010 me declaro un opositor a la vida, un opositor a las sonrisas, un opositor a la sobrevivencia, un opositor a seguir vivo, un opositor a ustedes todos los ciegos. Hoy le declaro la guerra todo el mundo, le declaro la guerra a la felicidad, al amor, le declaro la guerra a la misma vida, si me quiere joder, que me joda bien, si me quiere infeliz, me tendrá infeliz, declaro la guerra todas las instituciones de esta realidad, le declaro la guerra a Dios.
Hoy no quiero ser feliz, hoy no quiero besar a nadie, hoy no quiero sacar 10 en mi examen, hoy no quiero que el sol brille sobre mi cara, hoy no quiero sentir el agua penetrar en mi poros, hoy no quiero drogarme pensando en cosas "lindas". Hoy no quiero ser amable con los babosos, idiotas, estúpidos, ineptos, hoy no sonreire a quienes me odian, hoy no le ofreceré la otra mejilla a aquel que me ha golpeado, hoy no le rezaré a un Dios que me da la espalda, hoy no dejaré de fumar, hoy no seré feliz, hoy no seré listo, hoy no ayudaré a nadie, ni me ayudaré a mi mismo, apartir de este día comienza la real autodestrucción. Hoy no creo en un Dios. Hoy no creo en el amor. No creo en la psicología. No creo en el derecho. No creo en el estado. No creo en la literatura, no creo en el sexo con amor, no creo en el alcohol, no creo en la música, no creo en la benevolencia de las personas, no creo que haya alguien o algo que me proteja, hoy me salgo del círculo de ustedes, hoy me aparto de esta imitación de vida, no creo en la poesía, no creo en la química, no creo en la felicidad, no creo en la vida después de la muerte, no creo en la resurrección de los muertos, no creo en el regreso de cristo, no creo en ti, no creo en mi, no creo en nadie, no creo en Sabines, no creo en mis padres, no creo en mi país, no creo en mi inteligencia, no creo en la venganza, no creo en nada.
No creo ni siquiera que esta sea la salida, ni creo que haya alguna salida, no creo en mi gusto por nada.
No creo en los perros de mi familia, no creo en mi familia, no creo en la teoría del delito, no creo en el fin del mundo. No creo en nada.

martes, 27 de abril de 2010

Golpes de suerte.

"El día que me quieras tendrá más luz que junio;
la noche que me quieras será de plenilunio[...]"
-Amado Nervo.

Las situaciones, las palabras, las acciones, las omisiones, las decisiones se vuelven con cada segundo que pasamos sobre este planeta más y más complicadas y comprometedoras. Se vuelve más obscura la existencia. A veces miramos las cosas irse, dejarnos, alejarse y nosotros como estatuas las miramos sin hacer nada. A veces eso es bueno, a veces es malo, a veces va más allá del bien y del mal (como diría Nietzsche).

Eso por una parte. En otra tónica, aunque con cada momento y decisión confirmo que la vida se obscurece con cada segundo que paso en ella, hay destellos, hay felicidad, hay sonrisas hay... golpes de suerte:

"Ese lugar está ocupado", así empecé ese día. Sonreí. Sonreiste. Sonreimos. Pasó la clase (que no vale ni la pena mencionar). Temblaba, secaba el sudor de mis manos con mi pantalón, dudaba si recordarías lo que prometimos unos días atras. Secaba mi frente con la manga derecha de mi sueter. Y sin pensar (pocas cosas las hago sin pensar; normalmente hago un juicio valorativo en cuanto a todas mis acciones) saqué las papas fritas que un día antes mi hermana había ido a comprar a la tienda de la esquina en la calle en la que vivimos y te las entregué, no quise mirar tu rostro, ni tus ojos, no quise saber nada. Ni como te sentiste en ese momento, no quise saber con sólo mirar tu boca lo que pasó por tu mente en ese momento, preferí quedarme con la sonrisa que yo te dí y divagar en tus posibles respuestas. Salimos del salón de clases (no podía soportar un segundo más ahí) me notaba a mi mismo apresurado, nada cauteloso, golpeando a todos (creo que si empujé a varios estorbos) deseando ya salir de ese salón.
Ya afuera, entre risas, canciones de chicos malos, saludos, miradas perdidas, miradas encontradas, el sol golpeando con toda su fuerza, compramos dos chocolates. Nos dirigimos hacia el lugar que nos serviría de mesa y silla al mismo tiempo, optamos por un lugar a la vista pero apartado, solitario pero con gente, frío pero con rayos de sol, nuestro pero de todos. Ese lugar nuestro pero de todos destelló algo mágico, algo "fuera de serie". Ese lugar estoy seguro es místico. Entre plantas y concreto en el interior de la universidad en la que estudiamos nos sentamos, fue tan relajante sentir el ambiente tranquilo sin presiones (aunque nuestra manera de medir el tiempo sea en sí misma estresante y desesperante). Entre canciones, chocolates, papas fritas, risas, sonrisas, sonrojamientos, venganzas, deleites se nos fue una tarde para mi memorable, sólo media hora me bastó para darme cuenta, con treinta minutos tuvo mi mente y mi corazón para asegurar lo que estaba divagando en ellos. Pedazo de chocolate, risa, Muse, pápa frita, más risas, sonrojamiento. Y con cada risa tuya mi alma y corazón se llenaba y se alimentaba de una felicidad casi desconocida por mi. Pedazo de chocolate, risa, The Beatles, pápa frita, más risas, sonrojamiento. Y con cada mirada que depositabas en mis ojos, mis ojos volvían a la vida y sentía que tus ojos eran mis ojos y que nuestros ojos eran sólo nuestros ojos, y sentía que nuestros labios sería nuestros labios por siempre.
Llegó la hora de la entrada a tu siguiente clase, feliz y emocionado por el momento te escolté a tu siguiente clase. La tarde nuevamente no apestaba a suicidio. Conversaciones vagas sobre mi problema con mi hermana, pero eso no arruinó la tarde.
Te despediste, me despedí, me miraste, te miré, te besé en el cachete, me besaste en el cachete y con esto no quiero decir que haya sido monótono, ¡Al contraio!
Me rodeaste, por mi izquierda, te fuiste a tu clase, tu boca aún olía a chocolate, tu mano a cigarrillo, cuando te despediste logré mirar dentro de tu ojo izquierdo, ¡No había vacio! Te fuiste. Me fui.. Nos fuimos.
"Hubo algo diferente en esta ocasión" me fui pensando, algo completamente distinto, algo distintivo y significativo, por fin pude mostrar mi verdadero yo sin necesidad de hacer uso de la máscara de la persona pedante, presuntuosa, odiosa de la que me valgo para "proteger" mi persona. Espero ella también se haya sentido en armonía, espero ella tenga la sensación de que nada es casualidad sino causalidad.
Hasta la próxima Srta. C. Hasta que el siguiente golpe de suerte nos vuelva a unir.

Ciertamente la vida se obscurece mientras crecemos, pero ayer brilló...

domingo, 25 de abril de 2010

Tú. Yo. Tuyo. Tú y yo.

Su resplandeciente mirada.
Sus ojos opacos.
Sus pasos seguros.
Su caminar triste.

Las manos saludando.
Las manos en los bolsillos.
Las palabras de aliento.
Las palabras de odio.

El querer vivir.
El escupir al cielo.
Los ojos con vida.
Los ojos sin vida.

La vida con ánimo.
La vida sin sentido.
La emoción por vivir.
La emoción por morir.

El amanecer prometedor.
El amanecer estremecedor.
La piel con sentimiento.
La piel desgastada.

La vida con vida.
La muerte con muerte.
La respiración bella.
La respiración necesaria.

Tu forma de ser.
Mi forma de no ser.
Tu manera de hacer las cosas.
Mi manera de deshacerlas.

Tu fortaleza reflejada en cada acción y omisión de tu vida cotidiana.
La flaqueza totalmente visible en mi cuerpo.

Tú. Yo.
Yo que quiero estar en ti.
Tú, que sólo tú sabes lo que quieres.
Yo, tratando de cambiar para estar en ti.
Tú, que sólo tú sabes lo que quieres.

Yo como el desesperado en la penumbra, con un encendedor.
Tú, totalmente segura de que encontrarás un nuevo amanecer; prometedor, seguro, pacífico... amoroso.
Yo seguro de que el día tiene miedo y por eso se refugia en la noche.
Tú. Yo. Tuyo. Tú y yo.

viernes, 23 de abril de 2010

Una cura ahora mismo.

Dentro de todas las bandas que me gustan (Pink Floyd, The Beatles, The Smashing Pumpkins, Kraftwerk, Joy Division), hay una en sí, que me cura y me envenena, me alegra y me entristece, me mata y me revive, en fin. Cuando por primera ocasión escuché una canción suya, supe que era algo diferente, supe que no sería lo mismo. Primero fue una canción que hablaba de una persona que para el vocalista era justamente como el paraíso y ahí mismo, en ese instnte fue cuando todo empezó (o ¿Terminó? Porque el fin de las cosas sólo implica el inicio de esas mismas y el comienzo de otrasy viceversa) a ser diferente. Luego una canción que trata el tema de que los chicos no lloran, esta canción tiro abajo lo que siempre creí, ¿Los chicos no lloran? ¿Los chicos lloran? Algunos diran que es sólo una canción, pero yo diré es sólo una canción... de The Cure. Mi banda preferida.
Los dejo con; A Night Like This.
I'm coming to find you/if it takes me all night/can't stand here like this anymore/for always and ever/is always for you.

jueves, 22 de abril de 2010

Huracán.

"Clausurada, sellada,
sola y triste y enferma..."
-Jaime Sabines.
¡Se acerca una estampida!
Soledad a flor de piel.
Parecen bisontes,
(pareces un encendedor iluminando en la penumbra).
Aguanto un segundo más,
no por inhercia (sino por esperanza).
Planto bien mis pies,
afianzo bien mis piernas.
Esta ola de soledad amenaza con despedazarme, con acabarme, con aniquilarme, con destruirme, con torturarme, con matarme. Puedo ver en los ojos de la Soledad, puedo saborear su sed de mí, su hambre de mi cuerpo, su necesidad de destruirlo y acabar con mi tranquilidad, con mi paz, con mi paciencia. Sus labios están secos, necesitan beber mi odio, beber de mi desesperación, de mi impaciencia, de mi infelicidad. En sus ojos puedo ver mi reflejo; mi debilidad se denota, mi flaqueza, mi gusto por ella, mi miedo hacia ella, mis ojos se reflejan en sus ojos, mis ojos que parecen sus ojos, mis ojos que por mucho tiempo han sido sus mismos ojos, mis ojos, sus ojos, nuestros ojos, unos mismos ojos, los ojos de tus ojos, tus ojos mis ojos, los ojos de la Soledad. La Soledad es fría. Y Puedo oler su aliento seco, pestilente, como un insenticida (ya que no se ha alimentado). Trata de tocarme y acabar con mi sonrisa, trata de gritarme y que su aliento insecticida penetre mis naricez y mi cerebro para llenarme de ella, para luego llegar a mi torrente sanguíneo e invadir así mis órganos; mis pulmones (que dudo haya espacio en ellos para otra cosa que no sea cáncer), mis riñones, mi corazón. Trata de besarme con esos labios secos y volverse a llenar de mi odio, de mi desesperación, de mi impaciencia, de mi infelicidad. Lo intenta. Yo la alejo, la evito (y más esta tarde en la que todo parece querer estar una vez más en mi conveniencia), le grito con toda mi fuerza almacenada por años que no entrará nunca más en mi, le arrojo sus pertenencias, le arrojo sus viejos arapos los que aún tenía en mi posesión y me recordaban -con tristeza- lo que alguna vez fui... pero no puedo, no puedo (¿O no quiero?) deshacerme de ella, es vital para mi, es como una droga para un junkie, sin ella muere de locura. Sea que no pueda o que no quiera, desisto de mi intento, bajo la guardia, bajo la mirada, le abro el paso, cierro los ojos (por lo menos para no presenciar el momento de su entrada a mi ser), abro la boca para que entre más facilmente... pero de pronto, en ese lugar, en ese momento, en ese instante, en esa situación; apareces, te presentas, como con el Sol entre las manos, como con todas las estrellas en tu cabello, como si trajeras todo el amor guardado en tus bolsillos, con una sonrisa dibujada en tus labios (que no están secos como los de la Soledad). Tu. A quien menos esperaba, por quien no hubiera apostado que ingresara en escena. Llegas, distraes mis pensamientos, y me agito, mi corazón comienza a palpitar de una forma descontrolada y arrítmica. Me incomodo, los nervios se apoderan de mi, y tu sin decir una sola palabra alejas a esa Soledad que se da cuenta que no puede contra ambos, se retira amenazando con volver, amenazando y gritando intentando penetrar en mi. Vocifera y ya no la escucho, mi mirada va contigo, mi mirada te sigue, mi olfato no presencia ya un olor insecticida, ya no. Ahora veo tu Sol y tus estrellas.
Y aunque no duró mucho, y te fuiste mi mirada no ves los ojos de la Soledad, sino sólo los tuyos.
Y aunque te fuiste, aliviaste (sin saberlo y sin quererlo) una tarde.

-Ayer en las bancas de la Universidad, mientras el viento nos arrojaba al cielo.

Uno no sabe lo que le espera en la vida. Gracias.

martes, 20 de abril de 2010

Juego de palabras, juego de letras, juego de personas, juego de amores, juego de corazones, juego de situaciones, juego de miradas, juego de juegos.

Me. Enamoramiento. Morire. Operación. Razón. Inherte. Remedio. Enfermo. En. Nunca. Tu. Uno. Batalla. Alcohol. Temerario. Ala. Locura. Libertd. Amor.



Haré. Apatía. Rompimiento. Émpedocles. Lo. Oscuridad. Posible. Omnipresencia. Sensibilidad. Impresionante. Blindaje. Lealtad. Espacio. Para. Afeminado. Risa. Aprisionado. Estar. Situación. Temerario. Afligido. Roto. Contigo. Ola. Nada. Temblor. Intempestuoso. Gracias. Oro.

Incógnita.

Son las 22:30 horas, hago un juicio valorativo en mi mente sobre sí mandarte o no un mensaje de texto en esta noche tranquila, noche fría, noche solitaria en mi cuarto. Luego de invertir dos horas de estudio para mi examen de personas y bienes de mañana, abro un poco más mi mente y escucho tras esos pedazos de concreto que se alzan a una altura de -aproximadamente- 2.10 metros sobre el piso de mi cuarto en el apartamente que mis padres adquirieron,  gritos con palabras como; "nunca haces nada bien", "por eso tu hijo es lo que es", una voz a escazos cuatro metros (pero paradojicamente muy lejana a mi) grita cosas hirientes. Gritos. Simples palabras, dardos envenenados, que en un parpadeo pueden atravesar esos pedazos de concreto que me aislan del exterior. El concreto es un material muy resistente. No lo suficiente para detener "simples palabras" que envenenan la mente, el alma y el corazón. He estudiado lo suficiente por hoy. Me han insultado y humillado lo suficiente por un día. Y al final no te envié el mensaje de texto que comenzó la noche

domingo, 18 de abril de 2010

La Guerreo.

Colonia Cuasimilenaria, colonia emblemática, colonia permanente, una colonia a fin de cuentas de la delegación Cuauhtémoc, de este siniestro Distrito Federal. Ubicada entre las colonias Nonoalco Tlatelolco -al norte-, Santa María La Ribera -al oriente-, Morelos -al poniente-, y la colonia Centro -al sur. A lo largo de mi existencia he vivido en varias colonias; 3a Sección Unidad Habitacional San Juan de Aragón, Fernando Casas Alemán y Lindavista. Cada una de ellas tiene sus propias y únicas historias que en ningún otro lugar pudieron suceder; matanzas, nacimientos en una banqueta, narcomenudeo, fiestas memorables, besos, sexo en la calle, etc.
Esta vez se la dedicaré a la warrior, esa colonia que causa terror en los rostros -y carteras- de mis amigos cuando les digo donde vive mi mamá y entre semana yo. Esa colonia que tiene fama -y muy cierta- de ser chacala, de que ahí te violan. Pero esa colonia que muy pocos conocen su verdadero lado, su historia, sus puestos de señoras que venden gorditas, quesadillas, banderillas y demás comida junto al mercado desde las 7 de la mañana, y que cada centavo que ganan es suyo, y nadie se los puede quitar. Esa colonia que por las mañanas es una y por las noches es otra completamente distinta. Esa colonia que tiene su propio metro llamado de igual forma Guerrero. Residencia -en algún momento- del famosísimo y temido canibal de la guerrero.
Lugar de balaceras, pero también colonia de injusticias, colonia que grita con la mayor fuerza "¡Este es el México! ¡Esto es lo que en verdad sucede en este nuestros maldito y asqueroso Distrito Federal". Colonia que representa la opresión de los pobres, colonia que grita a todos los demás las necesidades de justicia e igualdad que tanto proclama nuestra Constitución. Colonia -junto con la Buenos Aire y la Doctores- creadora de "Super Barrio".
Desperté el sábado, como cada sábado de este año tendré que levantarme por mi Servicio Militar Nacional, eran las 6:40 a.m. ibamos mi padre y yo en el carro y en la calle en la que vivimos -Luna- en la esquina me percaté de una escena un tanto fuerte, un tanto triste, un tanto... tentadora; en la esquina de Lerdo y Luna se encuentra un teléfono público -que no cobra si es llamada a casa y menos de un minuto- el cual está tan deteriorado que con verlo con ojos de odio se podría caer, estaba un joven, que a juzgar por su apariencia me atrevería a decir que tenía entre 19 y 21 años; alto, tez blanca, pantalón negro, chamarra de mezclilla con la leyenda "ODIO". Introuce su mano de una manera precipitada en el cocmpartimiento del teléfono público... la saca con una bolsa pequeña abastecida hasta sus últimas consecuencias de materia blanca; cocaína; sustancia ilícita, una sustancia alucinógena y tranquilizadora del sistema nervioso. El sujeto -anónimo- huye, corre "como ratero", en un parpadeo llega a la esquina de las calle de Sol y Lerdo, otro parpadeo y lo perdemos de vista.
Esta es la guerrero, esta es mi colonia, esta es la realidad.

viernes, 16 de abril de 2010

Aleatorio por un anónimo.

Caramelo. Estupefaciente. Bebida. Tranquilizador. Cama.Vive. Apretado. Narcicista. Provocador. Intempestivo. ¡Idiota! Perfecto.
Fatál. Ámbar. Tormenta. Impresionante. Maravillosa. Aplastante.
Real. Amor. Útil. Loco.

El juego de palabras siempre me ha gustado. Léanlo con atención.

jueves, 15 de abril de 2010

Me mofo y me enclaustro.

Ahora me burlo de ustedes los que buscan el amor, los que aman, los que darían todo por amor , me burlo de ustedes que prefieren enclaustrarse en su tristeza, en su pesimismo monumental, me mofo de ustedes los que prefieren encerrarce en sus pensamientos suicidas, en lugar de mirar hacia otro lugar, alzar la mirada y dejar de contemplar el piso, y mirar a la persona que los quiere amar, que quiere dar todo por ustedes. Sabiendo que aquel loco, indecente, suicida, intento de ser humano, ¡Idiota! cree en el amor perpetuo. Me burlo en especial de ti que no te satisfacen mis palabras, mis cigarrillos, mi no saber conducir, mi información inútil. Me burlo de ti -mujer- que no te satisface mi manera de odiar al mundo, mi peinado de imbécil, mi forma de criticarlo todo.
Yo me aparto, me alejo, me enclaustro en mi mundo, en mi música, en mis poemas, en mi literatura, en mis videos, en mis películas, en mis series, en mi cama, en mi bajo, en mis pantalones, en mi cuarto, en mis teorías, en mi soledad, en mis intentos de suicidio, en mi odio al mundo, en mis paredes blancas, en mi alcohol, en mis cigarrillos, en mis heridas, en mis trabajos, en mis drogas, en mis despedidas inconclusas de media hora, en mis discos de Pink Floyd, en mis camisas de rayas. Me aislo en mis ideas y penamientos.

Gusto por las matemáticas; gusto por ti.

Te escucho hablar de matemáticas,
me interesas como ingeniera,
me interesas como mujer.

Hablas de límites en las ecuaciones,
tu sencilles y belleza no tiene límites,
le enseñas parábolas a otros,
sin saber que vives en una.

No paras de enseñar a otra como despejar, como hacer funciones de x, como graficar.
A mí no me puedes despejar
-Busco más de lo que tu crees-
Tú haces que yo funcione, y haga mis funciones,
Paradójicamente mis ganas de besarte y abrazarte son imposibles de graficar.
-Y tú sigues hablando de tus matemáticas.
-Y yo sigo escribiéndole a tu alma.

Esto es lo que causa una clase aburida de Acción comunicativa a las 11:14 a.m. mientras te miro con mis labios.

martes, 13 de abril de 2010

Una estrella, el sol y yo.

Era -aproximadamente- la 1:00 de la mañana, estaba estudiando mi materia de derecho romano, luego de haber leído un poco de derecho penal. No había nadie en mi casa -porque mi papá se había quedado a cuidar a mi tía Angelita que está muy enferma y mi mamá y hermana se quedaron con mi abuelita- sólo estaba yo y me encanta estar solo, y más cuando se presenta la posibilidad de estar solo en mi casa. Como mi cuerpo no resistía más el cansancio y la fatiga de haber estado despierto desde las ocho de la mañana, me exigía dormir un poco; me alisté para hacerlo, guardé mis libros y cuadernos en mi mochila, destendí las sábanas de mi cama, acomodé las almohadas, desenrrollé las cortillas, cerré la ventana e hice todo lo consiguiente para poder dormir un poco. Ya recostado en mi almohada preferida -porque me declaro discriminador de almohadas, siendo una mía rosa muy suave que tengo mi preferida- me di cuenta que no desenrrollé correctamente la cortina izquierda de mi ventana, que se encuentra posicionada de tal manera que impide el paso de la luz que proviene de los departamentos de la torre contigua, se podía ver el apartamento de enfrente, cuya luz a esa hora se vuelve cegadora, cuando me di cuenta de este fenómeno, de manera inmediata tuve un reflejo que provocó desviar la mirada hacia cualquier lugar que no tuviera esa luz impactante, el resultado; elevar la mirada al cielo... Fue un cielo que jamás miré, y que jamás creí mirar, se encontraba totalmente liso, sin una sola nube a la vista, desde la posición en que me encontraba -para aderezar la situación- se podía videar una estrella muy a lo lejos, destellando, brillando como un barco que se encuentra a la deriva del mar, desesperado, buscando un puerto para descansar un poco. Encendí un cigarrillo para amenizar -más- la noche -mi tío Modesto me ha regañado fuertemente ya que mi manera de fumar ha incrementado considerablemente...- un Marlboro rojo cumplió su cometido, todo se encontraba en penumbras, totalmente obscuro mi cuarto, la luz del apartamento se apagó dejándonos solos a mí, la estrella y la luz que la combustión de la nicotina, el monóxido de carbono y el alquitrán provocaban, este incendio sucitado en el medio de mi cama, hacía parecer la luz de mi cigarro como el Sol, tenía justo lo que quería, una estrella para mi solo, el Sol en mi cuarto, soledad.
En conclusión ha sido de las mejores noches que pasé.

lunes, 12 de abril de 2010

¡VAMOS!

¡Vamos!
Estoy preparado para lo que venga.
Humillación, enamoramiento -más- depresión, un huracán, una tormenta, un suicidio.
¡Vamos!
¿Cómo no llorar?
¿Cómo no llorarte?
¿Cómo no amar?
¿Cómo no amarte?
Esto ya no es una imitación de vida, esto ya es una vida.
Logré ponerme un freno, por un tiempo delimitado en un espacio aún más delimitado, pero no me importa... lo hice.
Así que, ¡Vamos!
Esto es de lo que se trata la vida, nadie más te lo puede contar a menos que tu lo vivas.
¡Vamos!
Que venga un huracán, que venga una tormenta, que se atreva alguien a apagar esta vela, esta ligera esperanza en mí, que alguien siquiera piense que no soy lo suficientemente ágil, fuerte, inteligente como para no sobreponerme a toda la serie de calamidades que ocurra.
¡Vamos!
Traten de humillarme, no tengo miedo, nadie más me verá llorar
             -en serio lo digo-
¡Vamos!
La humillación quedó atrás, el Raúl triste que se sienta en la orrilla del mar con la soledad robandole el alma quedó atrás.
¡Vamos!

-Esta ves lo digo en serio, si me pude calmar, lo puedo todo, sólo necesito una mirada tuya, un orange crush, una canción de Radiohead y listo.
Nuevamente va con una dedicación especial y espacial.

viernes, 9 de abril de 2010

Lo único que he perdido ha sido mi mente.

Me gusta someter mi mente y mi corazón a situaciones catastróficas.
Me gusta ver mi corazón arder de dolor.
Me gusta saber que pierdo el control sobre la situación.
Me gusta sentirme solo.
Me gusta saber que no te interesa.
Me gusta saborear mi soledad y decir "rayos, nunca nadie me escucha".
Me gusta no poder dormir por las noches... y decirme culpable.
Me gusta sentirme solo a las 3 de la mañana, acostado, fumando un cigarrillo, llenando mis pulmones de cáncer -ya que no puedo llenar mi corazón de amor.
Me gusta -no hacerme la víctima- llenar mis ojos de esas imágenes que envenenan mi corazón y mi alma.
Me gusta agotar mis ojos de escritos tuyos en los que no hables de mí.
Me gusta saber que no represento ni una mínima parte para ti.
Me gusta sentirme tan solo, que me ponga a platicar con mi ipod, a leer algún poemario olvidado de Alí Chumacero en mi cuarto.
Me gusta sentir la frialdad de mi alma rompiendo mis ropas.
Me gusta sentir la emoción econtrándome aislado en mi cuarto, contemplando la opción de mandarte un mensaje en el que diga; "mi corazón emprende de mi cuerpo al tuyo, último viaje..."
Me gusta mandarte ese mensaje y quedar esperanzado pensando en que a lo mejor -después de lo que he hecho, escrito, regalado por fin represente una mínima parte para ti- tú lo responderás y por fin dormiré tranquilo.
Me gusta no dormirme sino ya entrada la madrugada con el celular entre las manos, esperando me des alguna señal de vida...
Pero lo que más me gusta es que no me doy por vencido, es que no me harto, y que si en este momento estoy harto y con el corazón entre las manos, solo y sin alma, tirado en el techo, sin esperanza, deseando morir, pero en la noche esa esperanza regresará, y te mandaré un mensaje y todo será como antes... y te comenzaré a querer, y tu te hartarás a sobre manera de mí, de que no pueda parar, te fastidiarás de mí. Y yo entonces más te querré. Cada vez más y más.
Me gusta este dolor que es como una espina en mi corazón... ¡Que no quiero sacar!
Dejé muchas cosas por esto, y nadie me lo quitará, inclusive tú, sino me quieres, yo lucharé solo, y me enamoraré solo, lo haré por ti, amaré por mi y por ti. Es un descuido carnal hacer esto, es un suicidio prácticamente.
Es un suicidio.

miércoles, 7 de abril de 2010

11/Junio/2005

Fue hace mucho, pero aún lo recuerdo. En mi celular sigue marcada esta fecha. Hablaré de esto. Me hartaré de esto. Me moriré de esto. Comeré esto. Estudiaré esto.
Fue en segundo de secundaria, en un colegio de cuyo nombre no quiero acordarme, me habían expulsado de mi anterior escuela por "mala conducta". Uno cuando entra en una nueva institución educativa a esa edad lo único en lo que piensa son cosas como; "rayos, no me voy a apoder adaptar a este nuevo ambiente, "y si me tratan mal", "no me caeran bien ninguno de los de ahí", "de seguro todos son una bola de imbéciles". Más si uno proviene de un ambiente escolar donde siempre convivió solamente con hombres. Los primeros días estuve sentado en una banca en la parte trasera de aquel 201... horroroso 201 pensaba, terrible 201, temible, aplastante 201. Provocaba miedo en mí el no encajar en ese grupo de aproximadamente 35 personas, repartidos entre hombres y mujeres. En los primeros días no me preocupaba nada mas que como me mirarían las personas -eso fue perfecto ya que el superar aquel agonizante 201 supere mi miedo a no ser aceptado por las personas, supere el miedo a no ser del agrado de las demás personas, supere el poder ser yo siempre y en todo momento- y por eso me precipite a ponerme mis mejores trapos, a peinarme, a caerle bien a las personas -ahora que hablo de ello me doy cuenta de lo estúpido que uno puede ser cuando va en secundaria. Nunca había tenido novia -omitiré los detalles- y estando por primera ocasión en un colegio mixto, mi mente comenzó a sentirse insamente a gusto. Poco a poco parecía que encajaba en ese temible grupo -cabe destacar que en aquel colegio siempre alababan a nuestro salón y lo llamaban el ejemplo a seguir de disciplina y aprovechamiento (si supieran las atrocidades que ocurrían en aquella aula no se atreverían siquiera a pensar en eso)- comencé a tener amigos a los cuales en ese momento apreciaba mucho y pensé; logre encajar, tengo amigos, me invitan a jugar futbol cada ocasión que juegan, me invitan a sus casa... voy bien... ese fue el primer error -aunque más que error diría que fue el primer acierto que convertí en error- conocí a un amigo, su nombre Mauricio, alto, flaco, paulatino, inteligente, sombrío, odioso, vengativo, pese a todo... lo apreciaba y el a mi. Lamentablemente un error dentro de toda la imperfección del ser humano es no ver las cosas que se presentan desde un enfoque completo, solo se desgasta en mirar los errores de todo lo que pasa, eso fue lo que me pasó con el. Para ser sinceros, ha habido dos ocasiónes en toda mi vida en las que no me he sentido un extraño, y una de esas veces fue esta.
El y yo éramos muy amigos, nos reíamos de los mismos chistes -tratar de hacer miserable la existencia de una persona siempre nos pareció divertido- escuchábamos la misma música -alkaline trio, the used y demás gustos de secundaria- teníamos prácticamente los mismos intereses. En alguna ocasión, el me introdujo a un sector de lo más apartado en mi mente y en mis intereses, el círculo de las mujeres en el salón de clases, ese era un ambiente por demás desconocido por mi, pero acepté porque el me acompañaría y sabía que no me dejaría solo... este fue el segundo acierto que convertí en error. Entre todas las mujeres que se encontraban en el salón, a mis ojos -en un principio- no resaltaba ninguna y sentí una calma total ya que no trataría de encajar con alguna. ¡Oh sorpresa! ¡Oh agonía! No estaba dentro de mis planes lo juro. Tal vez fue mi inmadurez -que aclaro, no me eufano de ser maduro ahora- o mi necesidad de afecto alimentada por la severa crisis que mi familia ha sufrido siempre, o alimentada por los círculos de odio en los que en la mayoría del tiempo me desenvuelvo, pero desde el primer momento de aquel mes de Marzo del año 2005, te miré con mis orejas y te sentí con mis ojos. Sabía que debías ser mi novia, ser mi compañera, sabía que debías estar sentada a mi lado siempre, presentía que tu y yo duraríamos para toda la eternidad... y eso fue mucho antes de que siquiera te hubiera hablado. Quiero que quede claro que no busqué tu número en ese momento, llegó, y yo lo recibí placenteramente, ese fue un momento de tremenda precipitación hacia lo que llaman amor.
Llegó el día indicado, mis manos se precipitaban hacia el taller de blancos que se encuentra en la planta baja de la casa de mi abuela -el cual tu conocerías luego... y lo conocerías muy bien- sabía que era el momento justo, nunca había estado enamorado pero sabía que era el momento indicado, las manos -por primera vez en mi vida- me sudaban -¡Y por una mujer!- levanté la bocina del teléfono que estaba muy fría porque en ese taller hacia bastante frío, un sentir indescriptible hasta ese momento se apoderó de mi mente y cuerpo, el cual luego sabría que se llama amor. Marqué tu número, fue una espera de lo más larga entre cada número marcado, primero un 5... mis dedos no me respondían para marcar los siguientes... luego un 7, y así hasta escuchar el tono de marcando, este fue el momento más precipitado de todos, ¿Me contestarías? ¿Sabrías siquiera de mi existencia? ¿Me reconocerías? ¿De que rayos hablaríamos? ¡Por Dios teníamos apenas 14 años y me moría!... ya sentía lo que era "no morir de amor, sino morir de ti". Al final logré marcar los 8 dígitos de tu número telefónico, mi sudor se tornaba cada vez más y más frío, mis manos sudaban, un tono de marcado me separaba de escuchar tu voz, pensaba en todas las situaciones que podrían presentarse -si, desde ese momento mi personalidad se formaba en una persona que resultaría ser metódico y analítico siempre- pensaba y me imaginaba que podrías no reconocer mi voz, pensaba que tal vez no estarías en casa y levantaría la bocina una persona totalmente desconocida por mí, y eso era lo que más temor me daba... sin esperarlo mi mayor temor se hizo presente, una voz tenue, un poco apagada y paulatina, como si se encontrara en un lugar cubierto por sombras arrojó de un suspiro un "bueno" acompañado de un poco de miedo e intriga por saber quien osaba marcar a su número telefónico -nunca más volí a escuchar tu voz así y en realidad creo que ese es tu tono verdadero, tu forma de ser tan aviolentada es sólo un escudo contra todos nosotros- como yo no esperaba una respuesta tan pronta me quedé callado unos segundos, luego volví en mí, y opté por lo que en ese momento me pareció la mejor salida... colgar el teléfono y huir como un cobarde de aquella situación -en ese momento no sabía que tenías identificador de llamadas y con eso sellaría mi existencia- como todo un cobarde desistí de comunicarme contigo...
Pero una segunda oportunidad se me presentó, y de manera inmediata volví a marcar tu número, esta vez nada me detendría, nada se interpondría, tenía todas las de ganar, esta vez te saludaría y dirías "bueno" y yo diría "bueno" y con eso nuestro destino estaría sellado -míranos ahora, tu leyendo esto (o eso espero) y yo escribiendo esto, ciertamente nuestro destino y futuro se selló en esa llamada- para siempre. Justamente eso ocurrió, platicamos escasos 15 minutos, dije tonterías como siempre, te hablé de un amigo -Fernando- que tenía una buena amistad con ambos -primera muestra de celos que no aclararé- y solté todo, sin conocernos, sin saber que sabor de helado te gustaba y cual no, sin saber la música que te gustaba -que cabe destacar eso fue algo que me enamoró de tí muchísimo- me aventé, a mis 14 años y con una inmadurez a flor de piel te dije "¿Porqué no andamos?" y aquí se mostró tu lado intempestivo y analítico, me explicaste porque no podíamos.
Este evento sucitó en mi un sentimiento de poder hacer lo que quisiera aunque en ese momento hubieras dejado en claro que era más probable que creyeras en Dios a que anduvieramos.
Colgé el teléfono, me fui desesperado porque fuera nuevamente lunes para verte, subí a mi cuarto, mi madre me preguntó que había hecho en el taller... no le contesté. Esperé y esperé a que nuevamente fuera lunes, mi fin de semana se convirtió en un círculo, un círculo del cual no pude escapar y ahí me di cuenta que haría lo posible -y hasta lo imposible- por estar contigo.
Llegó el lunes, me levanté a las 5 de la mañana porque no podía dormir, me bañe, me cambié, desayune, agarré el -poco- dinero que tenía guardado y me dirigí hacia aquel colegio el cual no quiero recordar su nombre, en el camino me preguntaba que te diría, que haría para que te fijaras en mi y no olvidaras que existo. En todo ese día no te dirigí la palabra -por miedo, por no saber como acercarme, por cualquier cosa- ni hice nada para que notaras mi existencia. Así pasaron muchos días, y le dije a Mauricio y a otro amigo lo que me ocurría porque me notaban muy distraido, ausente, fuera de mí... vacío. Tuve que contarles que había un nuevo sentir en mi en ese momento, les dije que me gustabas. Lo tomaron como lo que era; un enamoramiento tonto, de 14 años, de pubertos, de alguien desesperado por cariño. Así transcurrieron días, hasta que alguien me pasó tu correo electrónico -este fue otro acierto que convertí en error- desde ese momento me hice un amante del "mensajero". Esa noche me encontraba en la casa de mi papá, donde el vive, donde viven mis primos, mis tíos y demás familiares en la calle de Cuzco en la colonia Lindavista -lugar que al igual que el taller de blancos de mi mamá conocerías bien... muy bien- tomé una decisión fatídica y mortal; agregarte a mi correo electrónico. Si, era de noche, estaba solo en un cuarto de aquella casa, sin nadie que me molestara y te agregué, comenzamos la plática... una vez más puras idioteces, demasiadas diría yo, te dije a que equipo de futbol le voy, te conté de mis gustos musicales -que recuerdo a ti te gustaban o te gustan Los Pericos- y hubo algo que me enamoró en ese momento más de tí, la forma tan directa en la que me despreciabas, la manera tan nada sutil de insultarme, tu manera sádica de hacer placentero el dolor ajeno -y más el mío- tu forma de ser tan analítica, tan odiosa, tan nada romántica, tan nada simpática... Tu manera de afrontar las situaciones más adversas como el hecho de esta conversación sucitada esa misma noche:
(No pretendo reproducir la conversación tanl cual ya que fue algo demasiado estúpido, pero mírame aquí escribiendola y riéndome cada vez mas de ello y mírate a ti leyendola y poniendo atención a cada detalle de lo que escribo)
Yo: Pues no me importa, porque no mejor vas y te coges a tus pumas????
(Tu nick en ese momento era: "Sácate un ojo", es un detalle que tampoco podré olvidar ni podré decir que no me enamoró de ti...)
Jexen: Pue si, eso haré, me los cogeré y más a Kikin...
Ahora que veo en retrospectiva lo que pasó entre nosotros me doy cuenta de que eso fue para mi un reto, sabía que no podía luchar contra ti de manera cautelosa, sabía que necesitaba acercarme a ti de una manera directa, sin rodeos, sin tonterias de tiempo ni nada, me di cuenta que contra ti no se puede luchar de la misma manera en la que tu luchas, eso hubiese sido un suicidio, al contrario necesitaba ser lo más contrario a ti, necesitaba escribirte cosas, darte indirectas demasiado directas para evitar pasar por tu armadura que pretendias utilizar contra todos nostoros.
(Continuará: con un soundtrack de "Rojoazul")

martes, 6 de abril de 2010

Jenseits von Gut und Böse.

Me olvido de tus palpitaciones
única y totalmente de ti,
me he olvidado de la tranquilidad
y ya no saboreo la serenidad.
Mis manos escriben pero mi alma grita,
la sangre en mis muñecas no miente,
Cada vez el latido de mi corazón es más ligero,
¿Es esto muy personal? ¡Somos personales!
Me muero de pensarte
resucito con mirarte,
sino miro tus ojos de maple
ya no quedará más por amar.
Y todo el mundo nos amará.
Y me amará.
Y te amaré
Y déjame quererte.
Harto estoy de no poderme mirar al espejo,
sin que tu rostro aparezca en el reflejo en mi hombro.
¡Mujer!
... Estoy aquí... y eso es lo trágico
Amor mío, es más conveniente morirnos,
juntos en el medio del océano,
cantando una canción improvisada,
llenos de amor... sin miedo.
La tarde ya no apesta a suicidio,
el mismo problema de siempre; ha desaparecido,
fundamos nuestras almas en un mismo grito de amor,
esta tarde apesta a amor.
¡Cínico! Soy un cínico sin remedio
¡Con nuestras manos en medio del fuego!
y ambos seremos fundadores de este nuestro nuevo maremoto,
en mi corazón sólo hay ardor.
Me ardes sin remedio,
¡Y eso es lo trágico!
Sin saberlo tus ojos interceptan mis miradas,
y sin saberlo tu nariz goza mis olores.
¿Cómo es que terminé aquí?
¿Poruqué no fundimos nuestras almas en un mismo grito de amor?
Nuestro nombre será el mismo,
escucharemos los pájaros en tu corazón y miraremos los arcoiris en mi mente.
¡Esto si es personal!
Dame tus tentaciones,
yo busco la llave,
y tu ... tu ni te enteras.
Y abro los ojos luego de ese sueño,
y me doy cuenta de la realidad;
fue como estar en caída libre...
abrir los ojos, mirar el piso y estrellarme.
Prometo será el inicio,
aunque me precipite al suelo millones de veces.
Porque el mundo te amará,
y yo te amaré.


153
Lo que se hace por amor se hace también más allá del bien y del mal.
- Friedrich Wilhelm Nietzsche.

Desprecio.

78
El que se desprecia a sí mismo se honra por lo menos como despreciador.
- Friedrich Wilhelm Nietzsche.

Normalmente el desprecio es mal visto por las personas, cuando uno suelta comentarios como "hoy estoy harto y me odio" todos lanzan sus reflectores hacia ti, y no hay nada que se pueda hacer contras esas miradas juzgadoras, solamente ignorarlas. El desprecio hacia uno mismo no debeser mal visto, al contrario, debería ser una virtud ya que se necesita mucho valor para llegar a despreciarte a ti mismo y a todo lo que haces.
Yo me honro de despreciador de los seres humanos y de mi mismo en primera instancia.

viernes, 2 de abril de 2010

La frialdad.

El dolor es inherente al ser humano. Sin dolor no hay vida.
"Sólo el hombre pudo inventar el suicidio". Ya lo dijo Sabibes.
Sólo un ser estúpido y descerebrado le adjudicaría sus males a un ente tan subjetivo y metafísico como "Dios". No podemos partir del supuesto de que existe tal ser y que lo único que hace es tratar de hacer nuestra existencia de lo más insoportable. Cada uno de nosotros es responsable y culpable de todas las calamidades que nos ocurren. Las acciones, omisiones y acciones para omitir nos definen como personas.
Aquel ente metafísico al que llamamos "Dios" no trata -si es que su existencia es verdadera- de hacer que nuestra vida sea imposible ni menos que sea placentera.
A partir de este momento me hago responsable totalmente de mis acciones y de mis omisiones. Tomaré los resultados como una reacción de igual magnitud y en sentido inverso a todos y cada uno de mis actos.
Hoy iré a una fiesta, me embriagaré, drogaré, haré lo peor para los seres humanos. Hoy volveré a ser humano, demasiado humano, me despojaré de toda la intoxicación filosófica y de todo conocimiento para dejar de ser lo que fui. Seré humano, demasiado humano.

Recomiendo las rimas de Gustavo Adolfo Bécquer. Si estas enamorado, drogado, triste, medio muerto, medio vivo, a punto de suicidarte, para declarar tu amor... para sentirte vivo.
Buen fin de semana.