martes, 28 de septiembre de 2010

Canciones.

Hay 3 canciones que a lo largo de mi vida, amigos, compañeros, conocidos e incluso familiares han dicho que soy la viva representación de ellas, que un video de esas canciones quedaría bien conmigo como estelar. Canciones que parecen ser el soundtrack perse de mi existencia, son las siguientes:

1.- "Nunca" - Zoé


2.- "No eres yo" - Fobia


3.- "Solo" - Zoé


Es decir; nunca serás yo y estaré solo siempre.

Obscuridad y triángulos.

Estoy perdido en un desierto, y no es la perdición,
ni la soledad lo que me agrieta el alma;
es tu ausencia.

Solo conmigo mismo,
con mi veneno, con mis cigarrillos,
con mi rodilla rota, mi droga que me calma el alma,
mi cosas de mortales que a ti ya no te interesan.

Aquí y allá, por siempre estaré solo,
-mi corazón toma la palabra-
sin ti, sin nadie, tú estarás en otras dimensiones.

Diametralmente opuesta a mí.
Llévame contigo que no quiero estar solo.
Ya no quiero esta soledad.

Quiero mi soledad contigo,
mirar a mi derecha y verte, dormida,
sentada, hablando de cosas que a nadie le improtaban; sólo a mí.

Todos nos morimos, todos los días nos morimos,
pero tú ya moriste de verdad.
Yo muero cuando veo a un niño sin padres,
muero en la mirada de ella,
muero cada vez que abrazo y la beso.
Pero tú, no tienes perdón, llevaste la broma más allá y, ¡te moriste en serio!

Tú te mueres, y yo no muero, sólo algo en mí muere.
y después de esta muerte;
no seré el mismo.

sábado, 25 de septiembre de 2010

Verborrea circunstancial.

La siguiente entrada no tiene tintes pretenciosos, ni funge como un chivo expiatorio, ni es para purificar mi alma, es simple verborrea mental, sentimental, emocional, es como si en estas palabras vertiera todo mi ser, no todo lo que soy porque no soy nada, pero si todo lo que estoy. Es un texto totalmente circunstancial -aunque nunca escriba cosas de esa naturaleza; soy humano por desgracia.

Primero elegiré algunas de mis palabras favoritas -no haré la distinción de entre las palabras, ni daré razones para explicar mi afición por ellas, sólo las escribiré.

Libélula, cero, vísceras, rapto, vaho, luna, sangre, espíritu.

Intentaría hacer con ellas algo coherente, pero ya que mi circunstancia no lo es, me parece imposible intentar hacer algo ligado, cuando mi contexto está más que enredado. En contraste sólo escribiré o describiré mi situación con palabras, sin la intención de que alguien me entienda, utilizaré metáforas y demás figuras retóricas... a ver que sale.
Si quieren a su cerebro será mejor que dejen de leer antes de la siguiente línea.
_______________

La vida es culera.
Siempre le he declarado la guerra a dios, a la vida, al amor, a la tristeza, a la soledad, porque sólo puedo ser real cuando estoy solo.
Nuevamente le declaro la guerra a todo lo existente y a lo inexistente.
Aunque por momentos la vida parece no ser tan dramática, parece ser... bella, cuando la mujer -utilizaría UNA mujer, pero sería incorrecto, ya que sería en general, y en mi situación se necesita ser específico-, sí, esa mujer a la que tanto anhelas te roba un beso, te asfixia con sus brazos y sus labios, cuando intercambias almas con un beso suyo. Hay momentos que durarán para siempre, y ese es uno de ellos.
Ahora ya sé cómo tomarte de la mano, ya sé como atarte a mis pulmones y fumar de tus cabellos, desmenuzarte y comer de tu paz, deshidratarte y matarte lentamente con mi lengua, ahora ya sé como hacer para que me extrañes -aunque no lo quieras o puedas hacer- yo sé que lo haces.

La vida es culera, sí, y Dios es un invento nuestro, debido a que los seres humanos somos escoria, somos la bajeza de este mundo, de este modo no podemos ser los seres superiores, y nos inventamos dioses para sentirnos mejor y pensar que alguien nos salvará.
La vida es efímera, es brutal, es azul, es roja, la vida son tus labios, no los labios, sino tus labios, ¿Qué son labios? Tú eres labios, besos secretos son labios, nosotros somos labios.
La vida es gris, obscura, -oscura- vociferante, increíble, imposible, la vida no eres tú ni soy yo, la vida sólo podemos ser; nosotros.

La muerte debe ser celebrada, no llorarle a la muerte, cantarle es lo sano, así como cuidar la muerte, respetar la muerte.

Y a mi padre sólo tengo algo que decirle, yo soy lo que soy por dos acaeceres, porque yo quiero y gracias a ti. Gracias Raúl Solorio Aguilar, por nunca dejarme solo, y si lo haces mirarme de reojo, gracias. Yo comprendo por lo que pasas, yo lo sé, nunca estarás solo tú tampoco.

Y a ti, sólo tengo que decirte que los secretos son bellos, y hoy mi sangre te saluda, te extraño, te espero, te anhelo, te resucito, te deseo, te quiero, te grito en mi espejo, te como en cada pan que pongo en mis labios, te beso con cada respiración, te sueño en cada parpadeo, te miro entre dientes, te huelo por encima de los montes, te deseo nuevamente y se destruye ese deseo, se consuma  ese deseo y reencarna, regresa más fuerte, te extraño y... siento que te necesito. Te beso en cada gota que moja mi cuello.

martes, 21 de septiembre de 2010

VI o Día cero.

Este día no existe,
nunca estuvo en el calendario.
olvidémoslo.
Este es el día cero,
hoy nada se mueve,
nada respira,
nada sangra,
nada vive.
Hoy es el día olvidado por dios,
y aunque para mí es natural
ser el olvidado de dios,
este día no me droga,
este día tiene un sabor a soledad,
y aunque para mí es natural
estar en soledad, sin dios,
este día no me cura el alma,
este día,
día cero,
día olvidado por dios
y por tí; lo maldigo.
Hoy en este día cero,
no veo nada,
no saboreo nada,
no sueño nada,
no creo en nada;
ni en dios, ni en el amor,
ni en los labios,
ni en la sangre,
hoy los destierro de mi alma,
a dios y a tí.
Este día no lloro, no sangro.
Este es mi día cero, olvidado por dios,
lo viviré solo.
Y en mi corazón se esfuma el amor,
-algo en mí te extraña-
espero en mi cama a que acabe este día,
soñar y olvidarnos.

V o La Poesía miserable.

En el instante efímero.
Incertidumbre hecha mujer.
Entre la luz de la realidad
y la obscuridad del sueño
hay un momento de duda, de intriga,
ahí me encuentro yo, solo.

viernes, 17 de septiembre de 2010

IV

“Hoy, como nunca, me enamoras y me entristeces […]”

R. L. Velarde

Esta luna que alumbra mi soledad
es la misma que ilumina tu mentira.

Aquí, esta noche, mi noche solitaria
es tu noche también, tu noche de alcohol,
de mentira, de error, de sexo.

Este cigarro que se consume y quema mis pulmones
es tu noche de placer, ilusión y de pseudoamor.

Esta, mi noche que apesta a suicidio y a melancolía,
tú la harás colorida, roja como la sangre de tu sexo,
como tus besos, la harás de tonterías que a mí sí me importan.

Tristemente me importan.
Dolorosamente me importas,
con tus mentiras, tu alcohol, tu sexo, tu error, tu pseudoamor, -¿Qué sabes tú del amor?- tu sangre.

Esta misma estrella fría es mi complice, mi espia,
me lo dice todo, me grita con su resplandor.

Nuestra misma noche,
mi noche de agonia, y tu noche de felicidad.

¿Tú qué sabes del amor?
Nunca te has zambullido en mis pupilas,
-y tal vez jamás lo harás-
nunca has gritado a una piedra mi nombre,
ni has andado por las calles, con las manos en los bolsillos,
buscándome, extrañándome, mirándome en cada esquina.

Esta es nuestra noche; y no estás y no estamos.
Te estás matando bajo el mismo cielo que yo.

jueves, 16 de septiembre de 2010

III

Aquí te extraño,
allá me extrañas,
en ningún lugar y en todos;
nos tenemos.

Seamos uno mismo; bésame,
hagamos música con nuestros cuerpos; cómeme,
la luna nos envidiará; bailemos en la obscuridad,
declaremos la guerra al mundo; seamos tú y yo.

Seré tu cura para la soledad,
para tu dolor -que piensas que no vemos-
de alma,
sé mi luciérnaga intermitente,
mi futuro incierto; seamos tú y yo.

II

Puedo volar -al menos cuando te miro-
por los cielos, caminar entre el fuego.
Puedo crear en tu mente mis fantasías.

Puedo ser yo, –al menos cuando estoy contigo-
cantemos, brillemos, besémonos,
porque hoy me has extrañado.

domingo, 12 de septiembre de 2010

I

Para morir no necesito nada.
Para vivir…
vivir es tema aparte,
vivir, vivir, vivir es un dilema,
morir en cambio es fácil.

Vivir, vivir no podría hacerlo sin ti,
en cambio; cuando muera lo haré sin ti.
Aunque no elegí vivir, vivo feliz,
vivo alegre, vivo para ti y por ti.

Y mientras viva, viviré para ti, y cada poema
será para ti, y cada lágrima será para ti,
cada rayo de luz en mi cuarto.

En cambio cuando muera, no moriré por ti,
aunque muera feliz, porque viví feliz.
Morir es fácil, es tan sencillo que cuando mueres
es lo único que haces; morir.

Yo no pienso mucho en la muerte, pienso en la vida,
aunque vivir sin ti es como morir.

¡Oh, amada mía!
¡Oh, estrella de mi noche!
¡Oh, luna de mi vida!

¿Qué sería de mí sin ti?
La penumbra de mi alma -triste y sin sentido- ha cambiado
para siempre, aunque yo muera, aunque tú mueras.
Porque morir es fácil y moriré sin ti,
Pero vivir, vivir no puedo más sin ti.

sábado, 11 de septiembre de 2010

Estás frente a mí.

Estás y eres. No hay conflicto contigo. Conmigo sí.

jueves, 9 de septiembre de 2010

XX Lager.

Siempre escribo sobre situaciones críticas, la mayoría del tiempo son pensamientos aislados, o pseudopoesía, intento vagos de cuentos, o relatos trágicos sobre -nuevamente- situaciones críticas... hoy no, hoy me retracto de eso, hoy haré algo diferente, contaré lo que siento con sus palabras, diré que me pasa sin metáforas -bueno, a lo mejor escribo una que otra-, diré lo que pasa en verdad en mi corazón, en mi mente y en mi cuerpo, a lo mejor hasta relato un día cotidiano, o mi visita a un museo el día de ayer... quien sabe.

Ayer me desperté a las 7.30 de la mañana, -como siempre que abro los ojos por primera vez después de mi sueño lo primero que observé fue el techo; blanco, un blanco que parece infinito, que de primera impresión no tiene fin, ni principio- me reincorporé de mi cama con ese edredón que la cubre con un estampado de Winnie Pooh que me gusta mucho, me estiré, aflojé -más- mis músculos, bostecé un largo rato y encendí el radio. Estaba en ibero 90.9, buena música, salí de mi cuarto, saludé a mi madre, mi padre no estaba, aún no llegaba, encendí el boiler para bañarme, regresé de esa acción y entré nuevamente a mi cuarto, puse a Blur en el estéreo, con mi ipod y me invadió una sensación de felicidad, esa felicidad que casi nunca siento, que parece que vive en mí, pero tiene miedo de salir, al ritmo de There's no other way mientras la cantaba y bailaba, tendí mi cama, ordené mis cosas en mi mochila y recordé que iría a un museo -aún no estaba decidido cual- con 4 de mis compañeras de salón, apagué el estéreo y desconecté el ipod. En el baño un soundtrack de Blur, Oasis y Gorillaz sonaba mientras me bañaba -gracias a que mi ipod tiene altavoces- me cayó shampoo en mi ojo derecho pero ni siquiera eso alteró mi estado de felicidad absoluta por el que pasaba en ese momento -y que... ¡me seguiría aún ahora!- me sequé con mi toalla favorita -una con estampado de Rugrats- regresé por donde llegué; mi cuarto, eran ya las 9 para ese entonces y necesitaba apurarme puesto la cita era a las 10 de la mañana, en el radio suena INTERPOL y la cadena de evento cíclicos para mi conveniencia sigue, su nuevo disco es bastante diferente a los otros 3, pero igual de bueno -a mi me gusta más que el Our Love To Admire- se escucha Success, canción con la que abré el LP, me hace mover mi cabeza aún mojada por la ducha que tomé, salpico mi espejo, y eso me da más ganas de agitar la cabeza y mi cabello mojado. Termina Success y comienza algo de Devo, decido que es suficiente y comienzo a vestirme, elijo lo que sea; el pantalón que sea, la playera da lo mismo, los tennis no me importan, ¿sudadera? puede hacer calor, da igual todo, en fin playera con estampado de los Sex Pistols, pantalón de mezclilla entubado, tennis negros, sudader de rayas horizontales negra y roja, no me peino; nunca lo hago, desayuno y hago un sandwich por si alguna de mis compañeras no lo hizo; lo llevo conmigo.

Metro Hidalgo 9.50, espero, espero, espero, por un momento se me olvida que se lo que espero, pero aguardo, mi celular vibra, un mensaje se retrasarían todos, -lo suponía- revibra mi móvil, llamada abrupta, como desesperada, preocupada porque tomó la línea equivocada del metro; dirección universidad.
Llega, ella, sólo ella, me reconoce, yo estaba tirado en el pasillo en dirección hacia Tasqueña, escuchaba a The Libertines, balbuceaba las canciones, agitaba la cabeza al ritmo de la guitarra y la batería, no me doy cuenta de que la gente -ni ella- me observan, me enjuician, me tachan. Se dirige a mi, porque yo también la reconocí, beso de saludo, labios secos, tenía sed, labios, ¿Qué son labios? ¿Para qué son los labios? Para intercambiar almas, para ser mas humanos. Esperamos, no estoy solo, esperamos a los demás, por un momento olvidamos que esperamos, pero aguardamos; juntos, sentados, escuchando a Bat For Lashes, balbuceo las canciones. Mi mano toca su mano; nadie se da cuenta, ninguna de las personas que pasó por enfrete de nosotros se detuvo a pensar en ello; a nadie le importa nada. Seguimos esperando y llegan las demás personas; 30 minutos después. Ahí mis dedos se despiden de su piel, no volverán a saber que es su piel.

Dirección Tasqueña; el metro, lugar mágico, lugar trágico, lugar de lugares, lugar impresionante, impresionante impresión. Andenes seguidos, sólo hay en esa línea este tipo de trenes. largo camino.escuchamos -ella y yo- a Gorillaz, a Plastilina Mosh, pongo en el ipod una canción, dice así: "[...] es tan fácil como decir que yo te gusto como tú a mí [...]" parece ser que sospecha algo; mueve la cega, dice que le gusta la canción, la canción, la canción... feliz, intuyo que descubrió el sentido de porque le puse esa canción.

Metro Tasqueña; me doy cuenta que a veces es como una niña pequeña, no se está quieta, no podemos mantenerla en un sólo lugar; explora, curiosa como la primera estrella en salir por la noche, intrigosa como el Sol al no esperar por hacer su entrada amarilla. Compran cosas; juguetes, pulseras, fumamos; nos aventamos el humo del cigarro en la cara, algo en ella me llama la atención; no es cotidiana, no es algo de todos los días, no es habitual; es amarilla, es azul, es hierba, es Sol, no es luna, no es sangre, es un diapasón, una hoja en blanco, algo en ella me atrae.

Mercado de Coyoacán; comémos, tacos campechanos, un cigarrito después; Lucky Strike, caminamos, tomamos taxi, como podemos llegamos al museo Anahuacalli; Diego Rivera, esperamos -nuevamente- ¿otro cigarro? otro cigarro, se duerme, está cansada, taciturna, decaída, tranquila. Entramos, majestuosidad, impresionante, me empapo de Rivera, en el apeido lleva la penitencia, La rivera de Diego me ahoga, salgo mojadísimo de él, me encanta, literalmente.

Camino a la escuela, trolebús; la veo distante, lejos, no le hablo.

Colonia centro; decidimos mandar al demonio nuestra clase de las 5.00 p.m., queremos cervezas; mala decisión. nos emborrachamos, el Sol del camino, el cansancio, las ganas de no querer entrar hacen de las suyas, tres XX Lager y estamos mareados, no aguantamos; revelaciones intempestivas, ella; dibitativa, nervios, no sabe si reir o llorar, no saber si abrazar por lástima o porque le lastima.

Borrachos a la escuela, taxi para no cansarnos, no llegar tarde y que no se nos baje la peda. Estoy nervioso, en mi mente canto una canción para no estar más nervioso; Time de Pink Floyd, quiero ir al baño, ya no aguanto, me bajo del taxi y no pago nada, ni un peso. Orino, entre 1 y 1.30 minutos meando. Salgo; clase de Redacción, creíamos sería Ortografía, ¡Oh sorpresa!

Me da sueño, vamos por un café, entrelaza su brazo con el mío; me pongo nervioso, sudo, quiero tomarla por la mano, no sé como. Me harto, me da sueño, me equivoco en mi clase de Ortografía; me siento como un pendejo.

Hora de salida, no me quiero ir, no quiero que se vaya. Nos vamos, despedida, la más larga de la vida, abrazo, no dejo de oler a ella.

Hoy, soy feliz.

viernes, 3 de septiembre de 2010

Enamórate de mí.

Te daré Toloache; enamórate de mí,
guiaré tus ojos, bésame los párpados,
desataré tormentas en tu pecho; tóma mis manos,
te daré mi corazón; bebe mi sangre.

Cruzaré los dedos; dame de tu amor,
purificaré mi corazón; desnúdate frente a mí,
sangraré por mis ojos; muéstrame la belleza,
comeré alacranes; come de mis labios.

Haré las noches azules; haz el amor conmigo,
Pintaré tus tardes de amarillo; siente sólo conmigo.

Destruiré tus recuerdos,
amarraré mis besos a tu espalda,
cortaré mis músculos,
te daré de beber mi amor,
lloraré lágrimas rojas;
enamórate de mi.

jueves, 2 de septiembre de 2010

La araña y el colibrí.

La gárgola que cuelga de tus manos,
esa misma; la araña trepada en tus labios,
la que admiras, a la que idolatras,
aquella araña se incrusta en tus ojos;
te deja ciega.

Ciega y no ves el colibrí
que intenta beber de tus lágrimas,
aquel arácnido tejió sus enredadas telarañas
en tu corazón, en tu espalda, en tu cerebro,
destruyó tu tímpano,
impregnó de trivialidades tus pensamientos.

Y por más que aquel colibrí,
perdido colibrí,
grite tu nombre,
coma tus flores,
quiera beber de tus pupilas,
tú no lo ves,
no lo sientes,
no sangras con él,
no lo besas.

Haga lo que haga esa araña
no podrá
     -nunca-
               hacer
     -ni ser-
lo que el colibrí hace
     -y es-
la imperfección lo perfecciona,
es como lo efímero del arcoíris,
como el eclipse de luna,
igual de finito que la carne,
tan imperfecto como el camino a la perfección.
Contigo aquel colibrí perdido,
aislado,
sería como dios,
más que dios,
sería la misma vida.
Alguien leyó esto, alguien pasó sus ojos por estos signos llamados palabras, se hizo la comunicación; la comunión, y sólo dijo: eres un romántico... sólo dijo eso.

Yo, que no soy nada, me pregunto
si algún día te llegarán estas palabras.

En tanto estoy en la incertidumbre;
te veo,
te escribo,
te anhelo,
te beso en mis sueños,
te sueño despierto.

Así como hay una escalera al cielo,
espero estas líneas sean
una escalera a tu amor,
escalera al "tú y yo".

Nuestro pobrecito dios...

La cartera de dios está vacía,
dios está en bancarrota.
Apostó con el diablo todo lo que tiene, al parecer perderá;
apostó por nosotros, pero le queda la esperanza,
sabe
- o al menos cree-
que no lo haremos quedar mal.

Y nadie sabe si le estan saliendo las cosas,
sólo él,
sí, él solo.
Pobrecito de dios,
ese solitario dios,
que camina por las calles con las manos en los bolsillos;
casi resignado,
abandonado por nosotros,
y nosotros abandonados por él.

Y si pierde
-nuestro pobrecito dios-
¡desgraciados de nosotros que nos quedamos sin dios,
sin vida,
sin salvación,
y sin... paraíso!
Lo que nuestro dios apostó
¡fueron nuestras almas!
La tuya, la mía, la de aquel árabe,
la del inepto presidente que tenemos,
la de aquel magnífico pintor,
la de mi amigo el ateo,
y mi amante la agnóstica.

¿Pobrecito, nuestro dios?
¡Pobrecitos de nosotros
que ya no tenemos a quien orar
por nuestra salvación!