martes, 22 de marzo de 2011

México Mágico.

¡Bienvenidos sean todos a esta tierra de enorme tradición!, de sazón culinario y de paisajes hermosos, sean, ustedes, bienvenidos a este enorme país. Cuenta con todo: enormes desiertos, océanos hermosos, azules casi verdes, montañas y cerros cafés casi azules.
¡Bienvenidos! A este su purgatorio. O su cielo. A esta la tierra donde se pueden hacer pobres entre los pobres, ricos entre los miserables.

10 cosas que odio de ti

"Odio como me hablas
Y tú forma de conducir.
Odio tu corte de cabello
Y lo que llegue a sentir.
Odio tus espantosas botas
Y que me conozcas bien.
Te odio hasta vomitar
Que bien va a rimar
Odio que sepas pensar
Y que me hagas reír.
Odio que me hagas sufrir
Y odio que me hagas llorar.
Odio tanto estar sola
Que no hayas llamado aun,
Pero más odio que no te pueda odiar
Aunque estés tan loco,
Ni siquiera un poco
Lo he de intentar."

miércoles, 16 de marzo de 2011

Cuidado, Soledad.

Si es que estás sola esta noche; búscame entre tus pensamientos,
si es que estás sola, caminando, errabunda y desaparecida; mírame entre tus labios, oscilando entre el ayer y el ahora,
si hoy, que no estoy contigo, tienes necesidad de mí, de mis manos, de mi egoísmo, de mis lunas y soles, si hoy, que estoy a realidades de distancia de ti, lloras por no tenerme; implora al desierto que sea mar nuevamente.

Porque aún no nos encontramos en esta realidad, y será inútil buscarme en tus pensamientos, mirarme oscilando entre el ayer y el ahora, implorar por el eterno retorno del mar...

Tú y yo debemos encontrarnos, tal vez sea hoy, sentados en algún café del centro, tal vez en la escuela o comprando refrescos, no lo sé, pero sé que debemos, tú y yo, encontrarnos.

¿Cómo serás? ¿Despreciarás a Gabriel García Marquéz, o quizá te guste el futbol? ¿Tomarás té o café? Tengo la impresión de comenzarte a querer, mi amada extraña, tan lejana como el mañana, y tan cercana como el ahora.

¿Cantaremos juntos alguna canción olvidada, o tatuaremos pensamientos juntos? ¡Ya no puedo más con esta incentidumbre. Lo siento, soledad, alguien, en algún momento, te quitará tu puesto y será mi compañera.
¿Cómo serás, te habré ya conocido?
¡Extraña, compañera del futuro, ven!

lunes, 14 de marzo de 2011

El fin del mundo, y su despiadado autor japonés.

El fin del mundo y un despiadado país de las maravillas
de Haruki Murakami
Tercer libro del año

La consciencia y el subconsciente, dos mundos paralelos, el (que parece ser) mismo protagonista en ambos mundos, historias enlazadas, personas parecidas, caos, tragedias, muertes, en fin, cosas a las que Murakami nos tiene acostumbrados (lo único que faltó de su sello característico, en este libro, fue un amor que por alguna tontería, alguna estupidez se rompiera).

Por una parte tenemos El Fin Del Mundo, un poblado amurallado, perdido en el tiempo y en el espacio, (en realidad está situado en la mente, en el subconsciente del protagonista anónimo) en el que conviven bestias, sombras arrancadas de los cuerpos de sus amos y personas de todo tipo. Este es el mundo tranquilo, donde la perfección, la calma, la paz, la camaradería reinan, creando una atmósfera un tanto anómala, siniestra y perturbadora, los pobladores parecen robots sin corazón, y en realidad es justamente lo que sucede, al momento de entrar en esta ciudad amurallada uno se despide tanto de su sombra como de su corazón, la sombra te es cortada y el corazón poco a poco se desvanece... interesante.

Y, paralelamente, El despiadado país de las maravillas se desarrolla en el Tokio, en el futuro Tokio que Murakami creía sería cuando escribió esta novela (1985). Con edificios altos, luminosos, automóviles de último modelo.

Debo aclarar algo y hacer una especie de anécdota: al comenzar el libro no me esperaba que Haruki me dijera los nombres de los personajes ni mucho menos que ellos mismo lo hicieran, llegué a la página 100 y seguía sin nombres; la mitad del libro y aún nada; pero llegar hasta la 500, 600 y sin un sólo nombre, declaro, fue algo nuevo para mí.

El libro recorre ambos mundos de una manera magistral, a lo largo de sus 613 páginas, Murakami te lleva de la mano a recorrer la consciencia y el subconsciente humano. Con el sello característico de este japonés, hace una mezcla bastante intersante entre la cultura japonesa y el mundo globalizado. Anotaciones sobre Duran Duran, The Police, Bob Dylan, como siempre, la buena música está presente en las páginas de este autor.

Entre unicornios, elevadores que se demoran mucho en subir, bajar o lo que sea que estén haciendo, unas criaturas terribles, que viven en el subsuelo, debajo de Tokio, los llamados Tinieblos, todo esto combinado con Los Semióticos que son quienes se encargan de destruir la información de dicho país; ¿qué se obtiene? una espléndida novela de ciencia ficción.

Alguien en algún momento me dijo "cualquier libro te deja una enseñanza..." no recuerdo quién fue pero tiene algo de cierto, y en esta ocasión es el aceptar el destino, creas o no en él, es creer en el mismo. Aceptar tus decisiones y tus situaciones, así como lo hace -aquí escribiría el nombre de su protagonista, pero ¡como no existe!- el narrador anónimo.

Aunque, claro está, no es su mejor trabajo, no está lejana a serlo.
Vayamos a leer viejos sueños al Fin Del Mundo.

domingo, 13 de marzo de 2011

Perdiendo la fe.

Salgamos un momento de nuesttro círculo que nos intoxica el alma, el pensamiento, el corazón y el cuerpo de sentimientos superfluos... imposible, somos humanos.
Detengamos el caos, convirtamos nuestro triángulo perfecto de vicios y virtudes en un rectángulo, alargado y perfecto de sensatez, no podremos, somos humanos.
Tendamos la mano a aquél que la necesita, córtate un brazo por él o ella, somos humanos.
¿Y con pruebas así, mi Dios, pretendes que crea en ti?

lunes, 7 de marzo de 2011

Aquí.

Aquí se ama diferente, se ama con las lágrimas
se llora con el alma,
se vive con la arrogancia,
se duerme con las sábanas del tiempo y la tristeza.

Aquí es diferente,
aquí comes con los ojos y sueñas con el corazón.
Quizá por eso nado en este río solitario, bebiendo las aguas obscuras de mi propia perdición.

Quizá por eso no estás conmigo.
Quizá...

miércoles, 2 de marzo de 2011

A la amistad. (A Isabel).

(¿Qué es la amistad? me pregunta mi hermana, con esa mirada plena de tranquilidad, paz, serenidad, inocencia. ¿Qué es la amistad? cuestiona en el salón de clases mi profesor de filosofía, insistentemente, tratando de sacar alguna idea de nuestras mentes. ¿Qué es la amistad? Le pregunto yo a la vida)


Mantenerte en vela durante horas, por la noche, esperando la llamada de ese alguien para tener una charla, contarle tu día, comenzar con un "¿cómo te fue?" terminar con un "Que descanses". Eso es amistad. Tratar de curar las alergias, convertir las alergias en alegrías, terminar empapado al norte de la ciudad, sin dinero, pero con el alma feliz y una sonrisa después de verla, eso es amistad. La amistad se cuenta, claro, cada película es amistad, cada caminata, todos y cada uno de los Cazares son amistad, cada lágrima es amistad. Entonces somos muy amigos...
Amistad es comprenderte cuando quieres tener algo y no puedes. Amistad es sacarme de mi depresión, azotarme, tirarme, aventarme, destrozarme. Amistad es amarme. Amarme como amigo y amarte como amiga.
¿Que qué es la amistad? Es caminar por un bosque inhóspito, con la nariz congestionada, en las penumbras y sentir tu mano en mi hombro. Amistad tiene nombre, tiene letras. Es enojarme por lo que te suceda, no contigo, ni por ti, sino de los que te agredan. Amistad comienza con "A" de Amellali.
Se escribe con helado, se grita como una canción de The Smashing Pumpkins, se bebe como el agua de jamaica, se come igual que la pizza, se escucha como un "te quiero", se siente como el calor de Veracruz, se baila como una canción de The Pipettes, se vive como Isabel y Miguel.
La amistad es estar encadenado a un eterno recuerdo y a una siempre vivencia de la realidad. Es llorar contigo, es llorar conmigo, es tomarte del brazo, contemplar tus sueños.
Amistad es jugar a escribir en nuestras manos historias, amistad es caminar en el centro, soportar el calor de Veracruz, morirnos sino estamos, sino somos, sino no nos sabemos.
Amistad es no juzgarte. Es estar contigo, en las malas y en las peores, es secar tu sudor cuando corres (no literalmente) y crees no poder más, gritarte "Tú puedes, eres muy lista". Amistad es pagar el teléfono contigo.
Amistad eres tú, amistad soy yo. Amistad somos tu y yo. Juntos.

Y.A.L.T.